La Cenicienta
Un día llegó el cartero del pueblo y les entregó una invitación. Cenicienta, sin mucho interés, la dejó arriba de la mesa. Cuando una de las hermanastras la vio, se puso muy contenta y se lo avisó a todas en la casa. Era la invitación del baile para que el príncipe consiguiera una princesa. A Cenicienta le interesó mucho; pero no por amor, sino porque quería quedarse con toda su fortuna.
Al fin llegó el día de la fiesta. Todas se estaban preparando para el baile y Cenicienta vio que los vestidos de sus hermanastras eran mejores que el suyo. Entonces, se los rompió. Las hermanastras, al ver sus vestidos, se pusieron muy tristes; entonces, no fueron a la fiesta.
Cuando Cenicienta llegó, inmediatamente el príncipe se enamoró de ella, bailaron juntos y la eligió. Cenicienta estaba muy feliz porque su plan estaba saliendo perfecto.
Un día Cenicienta organizó un picnic con el príncipe y cuando terminaron, lo llevó a caminar a un bosque donde había un pozo sin fondo. Cuando estaban a unos centímetros del pozo Cenicienta le dijo:
- “Nunca te quise de verdad. Solo quiero tu fortuna!”
En ese momento, trato de tirarlo, pero el príncipe la agarró y cenicienta se cayó. Él se sostuvo de un palo. Cuando salió, vio que lo único que quedaba de Cenicienta era su zapato izquierdo.
Fin
Muy bien, Cami.
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