Hace una semana estaba en mi jardín regando
las rosas y llego Feng me contó que alguien había echado sal a las rosas de
Tsu-Ling.
-¿Quién puede odiarlo así?- me preguntó -Odio a Tsu-Ling- le respondí, pero no odio a sus rosas. Consigo buenos resultados gracias a mis inventos laboriosos pero Tsu-Ling es un jardinero superior
Cuatro días después me visitó nuevamente, me contó todo lo que había pasado con Tsu-Ling: el mismo había echado sal a sus rosas porque le recordaban a su esposa. Quedé impactado:
-¿Donde está Tsu-Ling?- le pregunte- sus rosas están hermosas como siempre, pero las rodea la maleza.
-A principios de la primavera, Tsu-Ling se hirió con una espina. Le produjo una herida profunda. Murió al tercer día. Pensé que era mi responsabilidad cuidar su jardín, pero no me atrevo a tocar esas rosas. Su belleza me confunde.
Se detuvo. Miró mi jardín y me dijo:
-Hizo bien en no acercarse, amigo Pao. Las rosas de Tsu-Ling ya no necesitan jardinero.